
Corazones ignorados, sometidos a la mordedura del rechazo emocional, palpitan a ritmo de subsistencia buscando el olvido del desamor. Se desmorona el columpio de sentimientos, balanceándose, cambiando y dejando una profunda ausencia en el lugar donde se extraviaron. Asoman desde adentro para aparecer mecidos por el deseo de ternura, y aspiran a no ser devorados por la carcoma de la desilusión.
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