02 noviembre 2010

Nunca estuviste tan lejos


Ya nada puede ser, sólo la tristeza, que trato de disimular. Dónde se esconde la esperanza, por qué rechaza mi trato. Espanto a los sueños muertos, demasiado dolor para ahuyentar. No necesito un cirujano cardiovascular, sino una costurera de corazones y tiempo eterno para que se recompongan los sentimientos.

1 comentario:

IRENE dijo...

¡Te echo mucho de menos!